Descripción:

La segunda etapa del GR 18.1 remonta el valle del Isábena, visitando localidades donde podremos revivir su historia contemplando las abundantes muestras de románico ribagorzano en sus puentes sobre el Isábena y especialmente en la monumental Roda de Isábena. Iniciamos la ruta en la población de Laguarres, donde tomamos un camino que abandona el pueblo en dirección noroeste. Cruzamos la carretera A-1605 y avanzamos hasta cruzar también el río Isábena. En la otra orilla, cogemos un viejo camino que sale junto a unos chopos y avanza hacia el norte. Poco después, salimos a una pista y, después de atravesar un pinar, alcanzamos un pequeño collado. En continuo ascenso, salimos a una zona de cultivos y pasamos de nuevo por un bosque que nos lleva a casa La Collada, desde donde podremos disfrutar de unas magníficas vistas sobre el valle del Isábena. Seguimos ascendiendo hasta alcanzar un cruce denominado Cuatro Caminos, al lado de casa Castell. En el cruce nos desviamos a la derecha y descendemos hasta el grupo de edificios principal de la localidad de Güell, que es un excelente ejemplo de hábitat disperso de raíz medieval. A los pocos metros de abandonar el pueblo, dejamos la pista y nos desviamos a la izquierda por un sendero que ladea de forma impresionante una zona escarpada del Morrón de Güell. Avanzamos por tramos donde la vegetación ocupa el camino; descendemos unos metros e, inmediatamente después, ascendemos hasta un collado, bajo casa Chulián. En esto punto nos desviamos a la derecha por el camino que desciende al barranco Chulián. Por terreno boscoso de pinos y carrascas y entre campos de cultivo, alcanzamos el barranco Garbisón y, a los pocos metros de cruzarlo, volvemos a subir, esta vez, hasta la monumental localidad de Roda de Isábena. Tras su visita obligada, descendemos hasta el río Isábena para cruzar sus aguas por el puente medieval. En la otra orilla, giramos a la izquierda y avanzamos paralelos al cauce hasta llegar al puente de la Luz, otro hermoso puente románico por el que accedemos a La Puebla de Roda. Una vez que hemos recorrido las calles de esta cuidada población, regresamos al puente y seguimos paralelos al río hasta toparnos con Serraduy, que también cuenta con un puente románico. Superado el núcleo principal del pueblo, cruzamos un pequeño barranco y comenzamos un fuerte ascenso que discurre por terreno erosionado. Al llegar al alto de la ladera, encontraremos los restos de la ermita románica de Fornons, desde donde las vistas son espectaculares. Después, descendemos por un camino, también erosionado, hasta el barranco de la Rourera o Caixigares. Cruzamos el cauce y en pocos minutos llegamos a Biascas de Obarra. Desde este pueblo tomamos un camino que discurre por el bosque de quejigos y, tras llegar a una collada, desciende hasta el pueblo de Pardinella. Lo abandonamos y descendemos hasta el barranco de Partarríu, que hay que cruzar para continuar en dirección noreste para llegar a Beranuy, donde culmina la etapa.

Perfil: