Descripción:

Esta ruta ornitológica se localiza en las cercanías de Bonansa, donde se arraiga un conservado y representativo bosque mixto de montaña: el bosque de Pegá. El inicio del itinerario está en el Alto de Bonansa, 200 m después de sobrepasar el propio alto. Aquí, desde la carretera que baja al río Isábena, arranca por la izquierda una pista forestal cerrada al tráfico de vehículos. La pista, al inicio, se traza de manera recta (hacia el E) por un llano ocupado por un pinar de pino silvestre de repoblación. A los 200 m, en un claro entre el bosque, la pista cruza el sendero señalizado GR 15. A partir de este punto la ruta se adentra de nuevo en el exuberante bosque. Poco a poco, entramos en la umbría (vertiente norte) de la sierra del Castell de Pegá / Creu de Bonansa. Debido a este cambio de orientación la vegetación cambia a especies que precisan más humedad, con mayor representatividad del haya, aunque también aparecen serbales, avellanos, cerezos silvestres, arces campestres, algún acebo, lantana, arándanos y fresas silvestres, etc. De esta manera, la pista se adapta a la ladera ganando altura muy suavemente. Un kilómetro y medio después del inicio pasamos una fuente acondicionada y llegamos al refugio forestal de Pegá. Desde el refugio, continuamos entre vegetación caduca y perenne hasta llegar, en un kilómetro, a un cruce de pistas. En este punto debemos desechar la pista de la izquierda que asciende hacia el Castell de Pegá, para proseguir de frente (en dirección este) hasta llegar rápidamente a la borda de Ansuilo, lugar donde culmina la pista y la excursión ornitológica. La borda de Ansuilo o d’Ansuils aparece al final del bosque, en una zona ocupada por praderas y árboles dispersos; junto a ella se ha instalado una mesa de merendero que ayuda a disfrutar del lugar. Lo más sorprendente del paraje lo proporciona un espectacular mirador natural que se sitúa en el extremo occidental del llano donde se ubica la borda. Allí, a 100 m del final de la pista, existe un morrón rocoso que, por encima de farallones pétreos que enmarcan el valle del Isábena, nos deleita con unas amplias vistas de las cumbres de La Ribagorza, del congosto de Obarra y del valle del Isábena. El regreso al Alto de Bonansa se realiza por el mismo camino.

Perfil: