Descripción:
Este recorrido discurre por los antiguos caminos vecinales que unían los núcleos de Caserras del Castillo, Antenza, Ciscar y La Cerulla (entidad de población a la que pertenecía el mas de Quintillá). Gran parte del itinerario transcurre por pistas agrícolas y forestales, salvo pequeños tramos aún bien conservados que avanzan por caminos viejos de herradura.
El PR-HU 202 parte desde las arruinadas edificaciones de Caserras del Castillo, protegidas bajo un roquedo sobre el que se encarama el derruido castillo. A los pocos metros de salir del despoblado, tras dejar a la izquierda un desvío, llegamos a la Font del Llugá, sita a la derecha del camino.
En este lugar nos desviamos a la izquierda para visitar la ermita de Santa Sofía, a la que llegamos por un sendero que primero asciende y luego baja hacia el barranco del Reboll. Junto al barranco podemos ver unos antiguos aljibes tallados en la roca, conocidos como “balsa del Reboll”. Tras cruzar la vaguada del Reboll nos presentamos en el templo románico de Santa Sofía.
Desde la ermita retrocedemos hasta el desvío de la Font del LLugá y continuamos ahora en dirección norte, entre un bosque de encinas y quejigos, acortando el trazado de la pista por un camino viejo entre árboles, y saliendo nuevamente a ella en varias ocasiones.
Tras cruzar un pequeño barranco alcanzamos el mas del Pilaret. Un poco más adelante llegamos a la entrada de una gravera, a la altura de una caseta de agua, donde cruzamos el río Guart. Cruzado el cauce, enlazamos con otra pista y, poco después, llegamos a Antenza.
Desde Antenza cogemos la carretera local que nos lleva directamente a Ciscar, localidad con buenos ejemplos de arquitectura tradicional situada bajo su magnífica iglesia románica de San Miguel.
Desde Ciscar tenemos que regresar a Antenza para coger una pista que asciende hacia la sierra del Montsec. El recorrido se desvía de la pista principal por un camino que cruza el sorprendente barranco de los Pasos y, ya en lo alto de una loma, enlaza con otra pista forestal que asciende hasta el mas de Quintillá, desde donde se obtienen diáfanas vistas del Pirineo.